Rajoy y Rubalcaba fueron los protagonistas del quinto 'cara a cara' de la democracia
El candidato del PP, Mariano Rajoy, superó con creces a su rival socialista debido a su gran preparación, sabiendo aguantar las acusaciones de éste. Y es que el candidato del PSOE no supo cómo afrontar la situación y falto de calma hizo más preguntas que comentarios para sembrar la credibilidad, la que más bien puso en duda.
Rajoy llegó antes que Rubalcaba a la cita donde Manuel Campos Vidal, presidente de la ya mencionada Academia de Tv, les esperaba. Ambos acudieron con un traje oscuro y corbata azul, tan solo se diferenciaban en el color de la camisa, azul clara en el caso del socialista y blanca la del partido popular. Para cuando entonces ya se podían ver fotos que enmarcaban la tensión y los nervios del momento en las redes sociales, donde comenzaba la batalla.
A la hora de empezar Rubalcaba tomó asiento a la izquierda y a la derecha, Rajoy, como su ideología les sitúa. Ya estaba entonces todo listo para subir el telón y que se diera paso a la función esperada, que duraría noventa intensos minutos, donde las confrontaciones, los silencios y replicas ocuparían gran parte del tiempo.
La crisis económica, el desempleo y las políticas sociales, como; la financiación de la sanidad, educación y pensiones, así como los intereses de ambos rivales, fueron el centro de este tenso cara a cara que enfrentó a Alfredo Pérez Rubalcaba y Mariano Rajoy, en el que primero siguió su estrategia desde el principio hasta el final del debate de ponerle la saga al cuello al líder del PP, pidiéndole continuamente explicaciones de los detalles de su programa electoral. Pero Rajoy supo defenderse de las acusaciones de su rival en cada instante.
Antes de empezar, ambos candidatos expresaron sus condolencias y pésames a la familia del sargento que murió en Afganistán el anterior sábado.
Tras ello, Rajoy comenzó su presentación centrándose en el cambio que necesita España con respecto a los parados, con la necesidad de cambiar a un gobierno que sepa gestionar correctamente la nación, cambio para dar una buena gestión y confianza en la economía y un aseguramiento en las pensiones. Además este se dirigió a los espectadores preguntándoles si preferían “ver la luz al final del túnel” a seguir con la situación actual.
Por otro lado, Rubalcaba, con un semblante más nervioso, comenzó remarcando sus discrepancias ideológicas con Rajoy y contextualizando a la ciudadanía sobre el origen y los factores influyentes de la crisis.
Rajoy llamó la atención por encontrarse tenso y quizás nervioso en su primera intervención. El candidato popular remarcó los aspectos como; la falta de responsabilidad, la cantidad inmensa de parados y la desconfianza, entre otros. Además, éste acusó al líder socialista de dar continuamente dinero a los bancos y repitió el clásico “¿por qué no lo ha hecho antes si estuvo en el Gobierno?”, a esto, Rubalcaba le atacó asegurando que el popular “flexibilizará” al máximo el mercado laboral, desprotegiendo al trabajador, y que tiene pensado sacar a las Pymes de la negociación colectiva. El candidato del PP le devolvió la pulla clamando contra el socialista acusándolo de "mentir con insidia". Rajoy explico, por su parte, que su plan es generar capitalización, que haya inversión y con ello confianza. Éste declaró que "el primer punto es controlar el gasto público, un compromiso con la Unión Europea”.
Rubalcaba apostó, por el contrario, por un crecimiento basado en el I+D y defendió implantar el popularmente conocido “impuesto de los ricos” y un impuesto a los bancos. El candidato del PSOE señaló que; "hay dos formas de salir de la crisis. Con ajustes solo, no llegamos, hay que hacer una política impositiva distinta y pedir un esfuerzo a las grandes fortunas, revisar el impuesto de sociedades para ayudar a las Pymes y proteger a los trabajadores. Eso usted no lo hace". Rajoy, de un modo atacante, contraargumento replicando que Alfredo Pérez Rubalcaba había subido el IVA, congelado las pensiones, y no lo llevaba en su programa". Por otro lado, el popular recalcó que con él no se cobraría el IVA hasta que se cobrasen las facturas, que las empresas que reinviertan los beneficios tendrían un 10% menos en el impuesto de sociedad, potenciará los mecanismos de financiación -capitales de semilla pública- e incluso haría deducciones de 3.000 euros en apoyo a las Pymes.
El segundo bloque del debate se centró en las Políticas sociales, tanto en la sanidad como en la educación. Mariano Rajoy comentaba que debía ser garantizada la igualdad de oportunidades para todos, lo cual definía como algo "justo", además de que el Estado debería garantizar que nadie quedara desamparado en los momentos más difíciles. Éste dejó claro que tan sólo con la creación del empleo se podría sostener la financiación de los servicios públicos, proclamando como "objetivo nacional" la lucha contra el paro. El candidato a las elecciones del PP aseguró que esto era así ya que "para que las administraciones tengan dinero es necesario que haya empleo. La gente que cotiza, el empresario que paga impuestos…". Además Rajoy puntualizó que España era el cuarto país de la Unión Europea en la que se da una mayor desigualdad en ingresos entre ricos y pobres.
Alfredo Pérez Rubalcaba, candidato del PSOE, por su parte, comenzó asegurando que su mayor objetivo ante todo era preservar la Sanidad pública y mejorarla. Al escuchar esto el candidato oponente, éste le preguntó qué habían reducido entonces las partidas destinadas a la Sanidad. A esto Rubalcaba le respondió con un "¿Sabe cuántas menciones hacen a la Sanidad pública en su programa? Ninguna".
El candidato del PSOE continuando sobre sus pasos aseguró que "en las Comunidades Autónomas que gobierna el PP empezaron a derivar a los enfermos más costosos a la privada." algo que calificó como muy grave. Rajoy le preguntó a Rubalcaba que "¿dónde?" y Rubalcaba respondió que "en Valencia" y continuó declarando; "Hay algunos colegios concertados que están derivando a los inmigrantes a la enseñanza pública. En Madrid, los hijos de los inmigrantes están en un 80% en la educación pública y ese modelo es el mismo que están intentando llevar a la Sanidad pública". Alfredo Pérez Rubalcaba terminó su intervención en este segundo bloque con un "Con ustedes la Sanidad pública y la Educación pública no están garantizadas". El candidato socialista propuso más ahorro, un impuesto sobre tabaco y alcohol y exigir a las comunidades que priorizasen el gasto en sanidad.
En parte del debate también se habló de las pensiones donde Mariano Rajoy sentenció que no iba a congelar las pensiones y volvió así mismo a insistir en la necesidad de crear empleo ya que las pensiones son pagadas por la gente cotizada. Rubalcaba, por su parte, mostró un gráfico que representaba un crecimiento de las pensiones que se había dado desde 1996.
El tercer bloque trató sobre “democracia y la política exterior”. Rubalcaba pidió explicaciones al líder popular sobre su recurso ante el Tribunal Constitucional sobre el tema del matrimonio homosexual. Rajoy, tras intentar esquivar este tema varias veces, acabó respondiendo que el problema era del nombre, que pedían que se llamasen “uniones de derecho” y no matrimonios.
Ambos candidatos felicitaron a las fuerzas armadas por las labores en la lucha contra ETA y se ofrecieron ayuda para combatir este punto. También discutieron sobre cuando había más seguridad en el país, si cuando Rajoy era ministro de defensa o Rubalcaba.
Para finalizar, en las últimas intervenciones Rajoy con un tono imponente se dirigió a los españoles y les propuso "levantar todos juntos el país con orgullo" mientras que Rubalcaba optó por pedir la participación porque "con la abstención ni se crea empleo ni se mejora la democracia", y ha prometió que "no se echará atrás" ante las adversidades.
El debate trascurrió según lo previsto, el candidato socialista fue más agresivo ya que realmente tenía mucho que ganar y poco que perder. Por el contrario, Rajoy decidió no arriesgar ya que su victoria en las elecciones era clara. Lo único que hizo fue, dejando a un lado la posibilidad de ganar votantes, intentar no perder los que ya poseía. En definitiva un debate previsible y sin novedades. Rubalcaba intentó constantemente sonsacar algún punto del programa político de un Rajoy que respondía atacando con la cuestión del paro.